LA INFLACIÓN: EL IMPUESTO A MOLOC
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Ir al supermercado se ha convertido en un deporte de alto riesgo, en muchas partes del mundo vemos cómo los titulares se llenan de quejas y denuncias del aumento del costo de la canasta básica, del pasaje de transporte, del precio de la gasolina o de los huevos, pero también de la queja que los salarios están estancados y el precio de las cosas “están por las nubes”. Algunos lo dicen de manera jocosa: “los precios de los bienes y servicios suben por el ascensor, mientras el de los salarios sube por las escaleras”.
Comúnmente llamamos a esta circunstancia inflación. En la academia actual se define cómo el aumento general de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un determinado período de tiempo[1]. Milton Friedman, el gran economista de Chicago, diría “la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”, citado en su libro “Una historia monetaria de los Estados Unidos, 1867-1960”, escrito en 1963 junto con la economista Anna Schwartz. La base del pensamiento de Friedman se basa en un desarrollo teórico que se llama “La Teoría Cuantitativa del Dinero”. Su nombre nos indica que se puede estudiar mediante fórmulas. La ecuación clásica del tema es la siguiente:
MxV = PxQ
Cada letra significa lo siguiente:
M = Masa monetaria
V = Velocidad de Circulación del dinero
P = Nivel de Precios
Q = Nivel de Producción
Cada variable se define más claramente de la siguiente forma: La masa monetaria es la cantidad de dinero que tiene una economía en un tiempo determinado. La velocidad de circulación se remite a la cantidad de veces que se usa un billete o moneda, o la cantidad de manos que se intercambia una de estas unidades monetarias. El Nivel de Precios es un supuesto promedio de precios generales de la economía, y el Nivel de Producción habla de la cantidad de bienes y servicios generados en una economía, que muchos aceptarían igualar al Producto Interno Bruto (PIB). Pero como todo hombre no es neutral, hay presuposiciones básicas sobre estas variables. Friedman suponía que tanto la velocidad de circulación como el nivel de producción se mueven lento, no son de reacción inmediata. Por ende, las variables que se mueven de forma rápida son la masa monetaria y los precios. Las escuelas de economía en el mundo enseñan que un aumento de la masa monetaria, sin un incremento de la producción, crea dinero de manera artificial y eso da como resultado un aumento de los precios de una economía.
Problemas con la teoría cuantitativa del dinero
Esta teoría trae, según los supuestos dados, una relación causal directa entre la masa monetaria y el nivel de precio. Si sube la cantidad de dinero de un país o comunidad aumenta, entonces el nivel de precio aumenta, y viceversa. Esto parece sencillo de aprender, pero lejos de la realidad del día a día de la economía. No siempre un aumento de la cantidad de dinero trae un incremento de los precios de una nación. Veamos el caso de Colombia, para analizar esta situación:
Masa Monetaria de la economía colombiana, 1960-2022
Fuente: Fondo Monetario Internacional
Precios al Consumidor anual, de Colombia 1960-2022
Fuente: Fondo Monetario Internacional
A simple vista, se puede aseverar que no existe una relación directa o proporcional entre ambas variables. Así este modelo va cayendo por sus propias contradicciones y malas definiciones. Lo primero que debemos hacer es repensar: ¿Qué es la inflación? Si bien, Friedman relacionaba esto como un fenómeno monetario. La tesis central de este artículo es: la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno religioso.
La Ley De Dios y la Idolatría a Moloc
La Ley Moral es parte de la columna vertebral del Pacto de Dios con su creación, y si recordamos el primer mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3), tiene implicaciones claras con respecto de quién es Dios y nuestra responsabilidad ante Él. Primero que todo, Dios es el Señor de TODO, tanto de los cielos como la tierra, y es el que ha establecido todo el orden en cada esfera y espacio de su creación. Una de las cosas que prohíbe con más ahínco es querer adivinar el futuro, ya que eso es erigir otro dios delante de él, lo cual es terrible. El Pentateuco, en especial los libros de Deuteronomio y Levítico son muy claros al respecto. Veamos lo siguiente:
“Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; más a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios” (Deuteronomio 18:9-14)
En Levítico podemos ver: “Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová” (Levítico 18:21)
Moloc va a ser un personaje central nuestra historia, buscando las raíces de la inflación. Moloc es que viene del hebreo מֹלֶךְ mōlek, del griego Μολόχ. Hay autores como Jhon Day y George Helder, sostenían la visión de que este ídolo era un dios cananeo. Sería con Otto Eissfeldt que traería una segunda opción: el término Moloc no correspondía a un dios en específico, sino a un tipo de sacrificio que tenía como nombre Melek, Melec o Malic, que significan rey. Independiente de cuál sea el paradigma correcto, los sacrificios rituales que estaban destinados a esta figura, eran para reconocerlo como el dios-rey. Es reconocer la realeza de este linaje.
R.J. Rushdoony, en su obra, “Las Instituciones de la Ley Bíblica” diría sobre esto:
“Se conoce relativamente poco de Moloc. Mucho más se sabe del concepto de la realeza divina: el rey como dios, y el dios como rey, como enlace humano y divino entre el cielo y la tierra. El dios rey representaba al hombre en una escala más alta, el hombre ascendido, y la adoración de tal dios, o sea, de tal Baal, era la aseveración de la continuidad del cielo y la tierra. Era la creencia de que todos los seres eran un solo ser, y que el dios por consiguiente era un hombre ascendido en esa escala de ser. El poder manifestado en el orden político era pues una manifestación o aprehensión y apoderamiento del poder divino. Representaba el triunfo de un hombre y su pueblo. La adoración a Moloc, pues, era una religión política.
Puesto que Moloc representaba realeza y poder, los sacrificios a Moloc representaban la adquisición, por lo menos, de inmunidad como seguro y protección, y, en su instancia más elevada, de poder. Los sacrificios «más altos» del paganismo, y especialmente en la adoración a Baal, eran sacrificios de la humanidad, o sea, automutilaciones, notablemente el castrado, el sacrificio de los hijos y de la descendencia, y cosas parecidas. El sacerdote llegó a identificarse con el dios al grado en que «se apartaba» de la humanidad mediante su castración, su separación de las relaciones humanas normales y sus anormalidades. El rey llegaba a identificarse con el dios al grado en que manifestaba poder absoluto. El sacrificio de niños era el sacrificio supremo a Moloc. La adoración a Moloc entró en Israel cuando Salomón edificó un altar a Moloc para sus esposas extranjeras, las amonitas en particular. Al parecer, Salomón limitó el alcance sacrificial de ese altar, porque muchas generaciones pasaron antes del primer sacrificio humano, pero el acto de Salomón (1 R 11:7, 8) había introducido en Israel el culto”[2]
El pastor Peter Jones, en varios de sus trabajos, nos explica que el unismo es la unión entre Dios y su creación. En este caso del culto a Moloc, es la fusión de dios y el rey, lo cual es una función pagana. La adoración al gobernante civil es la forma más cruda del paganismo. Esta doctrina la llamamos estatismo.
El Estatismo como idolatría
El gran economista austríaco Ludwig Von Mises definiría el estatismo como: “la completa subordinación de los individuos al Estado, manteniéndolos en fideicomiso y restringiendo la libertad de acción individual. El estatismo, que pretende forjar el destino de los individuos, tiende a sustituir la iniciativa individual por un aparato social que se reserva toda la iniciativa”
Pero no teníamos que esperar hasta el siglo XX para definir esta idolatría. En las Escrituras nos explica como un pueblo rechaza al Dios creador como Rey, y hace de un hombre su Rey, como las demás naciones (1 Samuel 8:7-9). Pero lo que podemos ver son las consecuencias de esta acción:
“Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. Asimismo, tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, más Jehová no os responderá en aquel día” (1 Samuel 8:11-18)
Esta usurpación de un tirano en el trono, no solamente al pueblo de Israel, al ser el Pacto de Gracia uno solo, todo pueblo que caiga en la idolatría tendría las mismas consecuencias. Veremos las maldiciones del Pacto para todo aquel que caiga en adoración a otros dioses (Deuteronomio 28:15-68)
La pérdida del valor del dinero
Pero estas no serían las únicas consecuencias. El profeta Isaías denuncia a Israel como una ramera, como un lugar de homicidas. Y diría una sentencia definitiva para toda nación rebelde: “Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua” (Isaías 1:22). Esto nos lleva a un punto importante sobre la historia del dinero, en especial sobre el dinero oro.
En la antigüedad no tenía el gobierno el monopolio de acuñación de monedas. Vemos en el caso de Israel había una moneda común, llamada Siclo pero no dominada por ningún banco central (ya que no existían), sino lo hacían casas de acuñación (recordemos que el Siclo era la moneda oficial para el Templo). Así fue durante siglos. El gobernante civil no tenía el monopolio de la acuñación de moneda. Generalmente el metal preferido era el oro, aunque la plata también era parte de ello.
Una de las cosas más importante que debemos entender, por qué el oro ha sido escogido como dinero, es por el hecho que cumple las tres siguientes funciones:
- Medio de pago o de cambio
- Unidad de cuenta
- Depósito de valor
Es decir, por toda la comunidad es aceptado un billete o moneda que nos pueda servir para cambiar bienes y servicios por dinero, y viceversa. Además, debido a las características del oro, que es fácilmente transportable, además se puede dividir en fracciones identificables y constantes, por eso la fácil acuñación de monedas, siempre de un mismo peso y densidad. Pero esto tenia desventaja, que es que el valor de la moneda dependía mucho de la escasez o abundancia de oro. Si había una escasez de oro, por problemas en las minas, entonces esto hacía que hubiera una cantidad menor de dinero, y entrara en un ciclo descendente de la economía, pero si se conseguía una nueva veta, eso hacía que la cantidad de dinero aumentara, trayendo un aumento de las monedas y de la actividad comercial.
A partir de la Edad Media, con los señores feudales, empezaron una práctica que hoy en día es el pan de cada día, que era presionar u obtener el poder de las casas de acuñación, que eran privadas, y lograban mezclando con otro mineral de menor valor. Mezclaban el oro con cobre, y se hacían pasar que era por monedas de oro, por unas que aleaciones variadas, en otros palabras podían tener mayor cantidad de unidades monetarias con una menor cantidad de oro y plata. A esta práctica se le llamó Señoreaje. El cual es un impuesto por acuñar mas dinero con menor valor. En sumo caso, es una estafa, pero legalizada. Claro de menor proporción, ya casi ridícula comparada con lo que vendría en el siglo XIX.
Llegó la Banca Central
La tendencia de dominar y poseer es algo natural en el hombre por el mandato cultural de Génesis 1:26-28, pero en el hombre al ser caído, esto se convierte en tiranía, en el poder político es donde más se ve. Con la Revolución Francesa, la historia llega un punto de inflexión inevitable. Rousseau, el verdadero padre del socialismo moderno, diría: “el hombre es bueno por naturaleza, lo que lo corrompe es la sociedad”. Con la Revolución Industrial y movimientos como los luditas, los utópicos, la sociedad fabiana y finalmente un personaje que sería el hijo intelectual directo del ilustrado francés llamado Karl Marx, definirían los rumbos del nuevo pensamiento revolucionario.
En 1848 saldría la obra que lo llevaría a la fama: El Manifiesto Comunista. En el inicio de este libro, nos advierte Marx: “Un fantasma se cierne sobre Europa: el fantasma del comunismo”, y con ello el caballo de Troya del Banco Central. En el capítulo 2, llamado “Proletarios y Comunistas” establece un decálogo sobre las políticas que deben usarse para llevar a esa sociedad comunista que tanto el deseaba. Lo interesante de este caso, es que estos 10 puntos están aplicados a todos los países, como podemos demostrar en otro trabajo futuro.
En el quinto punto de este listado tenemos: “Centralización del crédito en el Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y régimen de monopolio.”[3] En otras palabras, el Banco Central. Si bien, ya existían antecedentes como el Banco de Inglaterra en el siglo XVIII, o las pretensiones centralistas de Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, quería fundar un banco nacional (aunque fallido, gracias a Dios, al menos por 130 años no se logró), el establecimiento definitivo de esta institución vendría por el impulso del comunismo en el mundo.
Para 1913, se establecería el Banco de la Reserva Federal en los Estados Unidos, y posteriormente en todo el mundo. Con la conferencia de Bretton Woods, que estuvieron en esa localidad del mismo nombre en Nuevo Hampshire, Estados Unidos, entre el 1 al 22 de Julio de 1944, se cambiaría el sistema financiero mundial, con la fundación del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional y el uso del dólar estadounidense como moneda de referencia internacional. Aunque su misión básica era destruir el patrón oro, es decir, que toda moneda tuviera respaldo en oro, y eso hace que tenga un valor real y no ficticio.
El dinero sin respaldo
¿Qué significa que el dinero tenga respaldo? Que cada billete y moneda que se emita tiene un valor respaldado por una mercancía, en todo caso, lo contario, sería un dinero sin valor, y respaldo alguno. Serían igual que billetes de monopolio. Tenemos que entender que los billetes son cheques al portador, y eso significa que son un recibo de una masa de valor. El cheque en sí mismo no tiene valor alguno, sólo es la señal de algo más. ¿Qué pasaría si se llegara a descubrir que los cheques emitidos por un banco no tienen respaldo? Se convertirían en menos útiles que una servilleta.
El dinero en sí no tiene valor, lo que realmente lo tiene son los bienes y servicios que uno adquiere con aquel. Los billetes y monedas son el reflejo de ese poder económico que tienen los productos y servicios que satisfacen nuestras necesidades. Eso lo podemos entender, si quedamos atrapados en una Isla desierta con un millón de dólares, ese dinero nos servirá en el mejor de los casos, como insumos para una fogata, pero con ello no podemos comprar absolutamente nada. Lo que nos da a entender que el dinero es una realidad social, y no es para ermitaños. El dinero nos hace reconocer como una sociedad, y no como puntos desconectados en un territorio.
Pero si esto es así, ¿por qué los gobiernos les interesa imprimir más monedas y billetes si con esto pierde su valor? Como veíamos en el caso del señoreaje, al imprimir más dinero lo que está obteniendo es más efectivo sin necesidad de ahorrar o producir algo, para después venderlo. Es una estafa maestra. En las finanzas hay un sistema de estafas muy conocidos, llamadas piramidal, donde te invitan a participar en un negocio, pero la única forma de que se sostenga es a través de mas afiliados en el tiempo, para poder sostenerse. Pero como no hay un bien o servicio que sustenta esto, termina desmoronándose. En el caso del Estado no pasa, porque existe una ley llamada de Curso Legal, que te obliga aceptar los billetes impresos por esta institución, sin importar si tienen respaldo o no. Eso es una imposición terrible, porque antes de 1913, los bancos comerciales eran los que imprimían billetes y monedas, si alguna no tenía demanda, simplemente se sustituía por otra. Y era la libre competencia de los bancos los que daban el visto bueno o no de una moneda en circulación
La Inflación y la Idolatría
Después de este recorrido histórico, la pregunta es pertinente: ¿Qué es la inflación? Cuando decimos esta palabra, nos recuerda a algo que se infla, y la pregunta inmediata es ¿qué es lo que se infla? La respuesta es sencilla y directa: la cantidad de dinero. El pensar que la inflación es de precios y no de masa monetaria, es confundir la fiebre con la infección, el efecto con la causa. El aumento de los precios es consecuencia, y a veces no directa, del aumento de la masa monetaria.
El contexto de todo esto, es lo que se llama el Capitalismo de Compinches, que es donde se unen o enlazan un grupo de empresarios (mercantilistas) y el gobierno civil para beneficiarse mutuamente. El gobierno crea leyes para proteger a sus amigos, evitando la libre competencia. En el sector financiero se solicitan grandes requerimientos de capital y otros obstáculos para que no se funden nuevos bancos. Las Superintendencias financieras o bancarias se encargan que esto sea así. La guinda en el pastel son los bancos centrales que son los prestamistas de últimas instancias. Eso significa que no importa como se comporta el banco, si no tiene mayordomía, tomas riesgos innecesarios o simplemente invierte mal, en vez de quebrar, esta institución “salva” a ese banco irresponsable.
La raíz de todo este problema es de carácter religioso. Esa idolatría a Moloc la vemos hoy en día, en esa religión que piensa que el Estado es el dios proveedor de todo, y nos quita la responsabilidad. Esto lo vemos cuando la población pide salud, educación, vivienda y muchos “derechos” mas de manera gratuita. Se convierte al Estado en el centro de la sociedad. Eso va haciendo que cada vez haya mayores gastos a una misma cantidad de ingresos. Esto se llama déficit fiscal. Ya que ni el Estado ni sus instituciones relacionadas son productores de bienes y servicios, entonces la forma de satisfacer estas “necesidades” es a través de tres vías: 1) Impuestos (presente) 2) Deuda pública (impuestos futuros) e 3) Impresión de dinero. Las dos primeras son las más directas, pero complicadas de usar, por eso se usa la tercera de una manera clara.
¿Cómo funciona la inflación?
Ya entendiendo la definición, veremos su mecanismo. Antes de que llegara el famoso economista Adam Smith, ya existía un mundo de ciencia económica. El economista franco-irlandés Richard Cantillón por la década de 1720 estudió las consecuencias de una expansión monetaria, e hizo una teoría que lleva su nombre: El efecto Cantillón. Se define de la siguiente manera:
“se refiere a la teoría del economista franco-irlandés Richard Cantillon sobre el efecto desigual de las políticas monetarias sobre la economía. Es un fenómeno mediante el cual la emisión monetaria beneficia a quien imprime el dinero perjudicando a la población general debido a que el dinero de nueva creación no es distribuido ni simultánea ni uniformemente a lo largo de la población. El proceso de expansión monetaria supone, por lo tanto, una transferencia de riqueza.”[4]
En palabras más sencillas, todos aquellos actores que estén más cerca del Estado, son los que van a recibir las mieles de la impresión de dinero, y el resto de la población no van a recibir, sino migajas. Un ejemplo práctico de ello lo podemos ver, que cuando hay procesos inflacionarios, lo primero que se dispara es el sector construcción, y por ende, el inmobiliario, pero eso no indica que la mayoría de la población tenga la capacidad adquisitiva de poder comprar inmuebles, y lo único que hace es subir los precios de los bienes raíces tanto nuevos como usados, pero sin subir la riqueza de la población sino de un grupo minoritario.
Consecuencias de la inflación
- Crea una generación de familias e individuos de dependientes del Estado, que no quieran trabajar, lo cual la Palabra de Dios lo prohíbe (2 Tesalonicenses 3:10-12, Éxodo 20:9, Proverbios 6:6-11, 13:11,24:30-34, 28:19)
- Usurpa el papel de las familias e iglesias para emprender y crear riqueza, con tantas leyes burocráticas que impiden la libre competencia, siendo el Estado el único proveedor, junto con sus compinches
- Institucionaliza el robo (lo cual lo prohíbe la misma Biblia en Éxodo 20:15), a través de impuestos injustos y la transferencia de dinero, por medio del señoreaje y el efecto Cantillón
- Va contra el autogobierno bíblico para cada persona y familia, creando caos, divorcios, separaciones, fornicaciones, terminan haciendo lo que les dé la gana y no la voluntad de Dios (Jueces 21:25)
- Crea tiranos que se creen Dios (Génesis 3:5), y que se van a enseñorear sobre el pueblo (1 Samuel 8:5-20)
- Está erigido en una relación idolátrica a Moloc, al dios-estado (Levítico), yendo directamente contra el Dios (Éxodo 20:3).
Recomendaciones finales
Finalmente reconociendo que la inflación es consecuencia de la idolatría, no podemos quedarnos con el diagnóstico, sino presentamos una pequeña lista de soluciones, según lo que nos dice la Palabra de Dios:
- Devolver el gobierno civil a sus funciones ontológicas: Seguridad (Éxodo 21-23, Deuteronomio 21-25, 1 Timoteo 1:8-10), Justicia (Génesis 9:5, Éxodo 21:12-14, Números 35:16-21, Levítico 20:9-16, y muchos más) e Infraestructura (Deuteronomio 19:3)
- Volver a la función del gobierno civil de hacer valer los pesos y medidas justas (Levítico 19:35-37; Deuteronomio 25:13-16; Proverbios 11:1; 16:1; 20:10,23; Ezequiel 45:10-12; Amós 8:5, Marcos 6:11), incluyendo el dinero en efectivo. Esto requiere la prohibición de hacer dinero por decreto, eliminando el banco central y las leyes de salvamento de instituciones financieras, además de las leyes de curso legal y el sistema bancario de reserva fraccionaria[5]
- Reconocer la depravación total del hombre (Romanos 3:9-18, 1:28-32, Marcos 7:21 y sigs), teniendo el imperativo de limitar la acción del hombre, con un corazón engañoso, y por eso eliminar las siguientes políticas económicas:
- Definir en que se constituye dinero y dictaminar cual dinero debe usar la ciudadanía.
- Mantener un monopolio sobre el acuñamiento de dinero.
- Promulgar estatus bancarios y establecer un sistema bancario centralizado.
- Supervisar y controlar la economía de una nación.
Al final, la inflación es un cáncer por negar al Dios incorruptible y adorar a la creación corruptible. Es un juicio por negar la soberanía y señorío de nuestro Dios Creador.
[1] Samuelson, Paul (2010), “Economía”, McGraw Hill
[2] Rushdooyn, R.J (1993): “instituciones de la Ley Bíblica”, Dominion Press, Texas
[3] Marx, K (2010): “El Manifiesto Comunista”, Editoral Skapla, Colombia
[4] Economipedia. «Efecto Cantillon». Economipedia.
[5] La banca de reserva fraccional o de reserva fraccionaria es un sistema bancario en el cual estos mantienen solo una fracción del monto de los depósitos de sus clientes como reserva —ya sea como dinero líquido u otros documentos de alta liquidez— teniendo al mismo tiempo la obligación de retornar esos depósitos en demanda, es decir, en nuevos préstamos para sus clientes
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